Hay muchos directivos que tienen que enfrentarse con frecuencia a la siempre difícil papeleta de hablar con los medios de comunicación. Pero esta responsabilidad no sólo recae en personas del mundo de la empresa, también les atañe a muchas personas de la Administración: alcaldes, concejales, directores generales, directores de un museo, etc. Y, por supuesto, a los políticos en general.
A diario vemos en TV, escuchamos por la radio o leeemos en los medios escritos y de internet, declaraciones de personas que tienen que responder a las preguntas, muchas veces incisivas, de los reporteros. ¿Están todos estos portavoces ocasionales preparados para responder adecuadamente ante los medios? Cuando decimos adecuadamente nos referimos a que sea claro y conciso, a que se exprese correctamente, a que sepa centrar los mensajes, a que tenga la habilidad de zafarse de preguntas comprometidas sin dejar de responderlas, a que sea capaz de dar lo que en TV y radio llamamos «totales» (esos cortes breves que ponen en un informativo y que no duran más allá de 15/20 segundos).
En Goodwill tenemos un curso de formación de portavoces en el que enseñamos a quienes tienen que actuar en esta función a desenvolverse con soltura ante los medios de comunicación. Dura una jornada y está pensado para ser impartido a 2/3 directivos, como máximo. El curso tiene una parte teórica, con algunos consejos y trucos y con visionados de ejemplos reales. también tiene una parte práctica en la que, una vez impartida la teoría, se pone a prueba a los alumnos con entrevistas grabadas que se analizan posteriormente.
El resultado obtenido por quienes asisten a este curso es muy bueno: les ayuda a perder el miedo a la cámara, les proporciona soltura y, sobre todo, enseña a los portavoces a optimizar sus encuentros con los medios de comunicación.
2 Comentario
Mila
¡Interesante! Acabas de ahorrarme el tiempo de buscar un curso de calidad; un cliente me pide justo esto. Les pasaré el post para que os contacten para más información. Para que se diga que los blogs no son útiles.
Juan Pedro
Suena fantástico. Quizá esa jornada sería mejor partirla (media jornada-media jornada) en días separados del calendario para que el ejecutivo se enfrentara a la formación en días dístintos, con circunstancias distintas y biorritmos diferentes.
Evidentemente, lo haréis en una sola jornada para que los ejecutivos no trastoquen demasiado sus agendas.
Por cierto, os he añadido a mi blogroll.
Un saludo